A continuació teniu
un recull de testimonis en que expliquen la seva experiència. Ens trasmeten,
quina ha estat la seva situació, com ho han viscut ells mateixos i els del seu
pròpi entorn.
Experiencia de Ana
La primera vez que
lo vi me pareció un chico normal, ni alto ni bajo, ni gordo ni flaco, ni guapo
ni feo¿un chico normal.
Estábamos en el
parque como siempre, en los bancos del fondo, los de la clase del instituto,
con el móvil mirando el Facebook y el Tuenti.
- Hola me llamo
Ángel, ¿tú eres Ana, verdad?
Y así empezó todo,
las salidas a dar una vuelta, al cine, el primer beso, el primer regalo, la
primera vez que me llamo princesa y también la primera prohibición: "Si
estás conmigo no puedes hablar con tu ex". Yo no lo entendía mucho, la
verdad, pero pensé que sería una cuestión de celos. Al fin y al cabo si sentía
unos pocos celos significaba que me quería¿ Al principio me quería, eso era cierto,
porque me llamaba mucho, siempre preguntándome cómo estaba, venía a recogerme
al instituto, me acompañaba a casa, siempre estaba pendiente de mi,
escuchándome, aconsejándome, diciéndome lo que le parecían las cosas que me
pasaban, las personas que me rodeaban¿ éramos almas gemelas.
Por fin había
encontrado a mi chico, se me olvidaba todo lo demás, todos mis pensamientos
eran para él, me preocupaba por estar guapa, por agradarle, por hacer que los
ratos que pasábamos juntos fueran inolvidables, quería corresponderle, ser
comprensiva, detallista, quería que se sintiera igual de especial como me hacía
sentir él a mi.
Recuerdo nuestra
primera discusión, hacía tiempo que no quedaba con mis amigas y habían planeado
una cena para un sábado por la noche - Ana, vente, que últimamente no te vemos
el pelo. Ángel me llevaba a casa y al decírselo, noté cómo le cambio la cara,
se puso serio, y con voz fría me dijo: -Haz lo que quieras, pero no es justo,
yo me esfuerzo para que pasemos tiempo juntos, no hago más planes y tú ahora me
sales con esas¿ -Pero entiéndelo, no las veo desde hace mucho, además es bueno
que salgamos con otras personas.
-Tienes razón, es
bueno que salgamos con otras personas, yo también voy a salir con otras¿dijo
elevando la voz. No podía creer lo que estaba oyendo, eso si era injusto y así
se lo hice saber.
-No me lo puedo
creer, me estás amenazando con que te vas a ir con otras¿ ¿Qué pasa ya no soy
tu chica? ¿Ya no me quieres más que a tu vida?
-Mira, Anita,
porque te quiero más que a mi vida me parece increíble que prefieras pasar el
sábado por la noche con tus amigas a pasarlo conmigo, porque yo no me puedo
imaginar estar un momento sin ti¿ ¿no entiendes que te necesito? ¿Qué cuento
las horas para verte? Por eso si de verdad tú sintieras lo mismo, no irías a
esa cena y te quedarías conmigo, pero ya te he dicho que hagas lo que quieras,
no quiero hablar más del tema- dijo dando un portazo al salir del coche.
No entendía a que
venía esa reacción, claro que le quería, se lo demostraba constantemente, Salí
del coche y me puse frente a él
-No eres justo,
hago todo lo que puedo, todo lo que dices, claro que quiero estar contigo, pero
no veo que hay de malo en que por un día quede con mis amigas¿"
-No eres justo, no
eres justo- dijo imitando mi voz y burlándose de mi- A veces resultas patética,
ya te he dicho que no quiero hablar más del tema- y enfadado se metió
nuevamente en el coche.
Al llegar a mi
casa, fui a darle un beso pero él retiró su cara y miró hacia otro lado
indiferente, salí del coche aturdida, sin entender realmente que pasaba, ¿qué
había hecho mal?, ¿porqué me había llamado patética? Tal vez él tenía razón, el
amor verdadero es eso, compartir cada minuto con la otra persona, ser uno, sin
fisuras, ir a la par. Yo había encontrado el amor verdadero y eso es algo que
no aparece fácilmente, ¿lo iba a estropear todo por una cena? No quería estar
mal con Ángel¿ Así que no fui a la cena.
No sabría describir
exactamente cómo ocurrió todo lo demás, en qué momento dejé de reclamar mis
derechos, de decir lo que me parecía bien o mal, cada vez me sentía más
pequeñita, más insegura, con más miedo a sus reacciones, con cada cosa que
hacía esperaba su aprobación, quería ser perfecta, estar a su altura.
Empezamos a ir
juntos de compras, él elegía la ropa, me decía que peinado me favorecía, que
lápiz de labios parecía más natural, pequeños detalles que parecían no tener
importancia hasta que yo, cometía el "error" de no tener en cuenta
sus opiniones, entonces todo cambiaba, se enfadaba cada vez más, era más cruel
con las palabras, más agresivo y a mí, me hacía más daño.
La primera vez que
me zarandeó y me empujó contra una puerta, lloró arrepentido, diciéndome que no
sabía que le había pasado, que había perdido el control, que mi manía de
mandarme mensajes con mi primo lo sacaba de quicio, que me quería, que lo
perdonase, y sobre todo me juró que no volvería a pasar. Había tanto
arrepentimiento y ternura en sus ojos que no sabía que hacer.
-¿Juntos para
siempre, Ana? - Juntos- contesté.
Y esto se repitió
muchas veces, a lo largo de los 3 años que duró nuestra relación, por cosas
diferentes que aún me cuesta escribir, por no avisarlo al llegar a casa, por
mirar a algún chico por la calle, por pedir la beca Erasmus, por no ser lo
suficientemente cariñosa, por no querer tener relaciones sexuales¿ cambiaban
las situaciones pero no su comportamiento, enfados, gritos, insultos, patadas,
golpes y después promesas y perdón, era cómo ver siempre la misma película.
Un día, mientras
veíamos la tele, paso algo que puede parecer insignificante. Ante una noticia
de violencia de género, Ángel hizo un comentario, diciendo que entendía
perfectamente que algunos hombres perdieran los nervios¿en ese momento me di
cuenta de que él nunca iba a cambiar.
Al llegar a casa,
les conté a mis padres como era verdaderamente mi relación con Ángel, me atreví
a decir abiertamente lo que hasta entonces había intentado ocultar y pude
aceptar esa ayuda que tantas veces me habían ofrecido y que yo negaba
necesitar.
Pedí asesoramiento,
me informé y me decidí a actuar, con la ayuda de profesionales y el apoyo de
mis familiares y amigos, estoy intentando salir adelante. Desde entonces,
aunque está siendo difícil veo las cosas de otra forma y siento que tengo de
nuevo la libertad de decidir.
Hay gente que me
pregunta cómo he aguantado tanto y son tantos los motivos que es difícil
resumirlos, podría decir que por esperar que todo fuera cómo al principio, por
el deseo de que volvieran los buenos momentos, porque lo quería, por miedo a no
gustarle a nadie más, porque siempre me pedía perdón y quería creerlo¿
Pero sobre todo
porque le tenía miedo, porque no sabía de lo que era capaz, porque estaba
convencida de que yo tenía la culpa de lo que pasaba, "por hacer las cosas
mal" cómo él me decía y por vergüenza, porque parece mentira que eso le
pueda pasar a una chica de 20 años, nacida en el siglo XXI.
Experiencia de Sara
Me llamo Sara y
tengo 11 años, me han pedido que hable de mi familia. Mi familia somos mi
madre, mi padre, mi perrito Ulises y yo. Vivimos en una casa grande, es bonita
pero está un poco rota, mi padre a veces rompe cosas, aunque luego las arregla
y así es como si no hubiera pasado nada.
Tiene un jardín con
flores y allí tengo una tienda de camping. Una noche dormí allí con mi madre,
fue como si nos hubiéramos ido de excursión, ella me dijo eso pero yo sé que mi
padre le dijo que se fuera de casa y cuando él se enfada siempre hacemos lo que
él quiere, si no luego es peor. Paso mucho tiempo en el jardín con Ulises, allí
estoy tranquila, jugamos con las muñecas y también hacemos carreras. Ulises es
mi mejor amigo. Cuando tengo miedo siempre se pone a mi lado y siempre,
siempre, quiere jugar conmigo.
Mi madre es muy
buena aunque un poco seria, según mi abuela fuma demasiado y come poco, creo
que tampoco duerme mucho porque cuando me levanto por las noches para ir a
hacer pipí, ella siempre está despierta. Algunas veces viene a mi cama y duerme
conmigo, a mi me gusta, por lo visto mi padre ronca mucho y ella no puede
dormir, o eso dice. Mi madre no es presumida, no se pinta, nunca lleva falda ni
zapatos con tacón, mi padre dice que eso es de busconas (no sé que buscarán) yo
cuando sea mayor seré buscona, porque me encantan los vestidos y los zapatos de
tacón. Mi madre es muy limpia y ordenada siempre tiene la casa perfecta, bueno
a veces eso es un rollo porque se pasa el día riñéndome si ensucio o desordeno,
a mi padre le gusta mucho el orden por eso nosotras somos ordenadas. Quiere mucho
a mi padre, siempre hace lo que él le dice, ya no sale nunca con sus amigas
porque si no mi padre piensa que no le quiere a él, y además tiene mucho
trabajo en casa y no puede perder el tiempo en tonterías. Por eso también tuvo
que dejar su trabajo. Mi madre es enfermera y cuidaba a mucha gente pero mi
padre piensa que es más importante que nos cuide a él y a mí, por eso se queda
en casa, además como ella no sale tampoco necesita dinero.
Mi padre es muy
listo, él siempre lo sabe todo y siempre tiene razón. También es muy fuerte
tanto que a veces me da miedo, cuando se enfada grita y da golpes, algunas
veces rompe cosas y un día empujó a mamá contra la pared y cayó al suelo, creo
que ha pasado más veces pero cuando él se enfada mi madre siempre me manda a mi
cuarto yo tengo miedo y no se que hacer, entonces odio a mi padre. Aunque
hagamos las cosas bien él se enfada y si le contestamos aún se enfada más, mamá
dice que tenemos que callar porque trabaja mucho y está cansado por eso se
enfada tanto, pero que él nos quiere mucho y nosotras tenemos que quererle a
él, no se que pensar yo quiero mucho a Ulises y no le grito ni le pego.
Recuerdo que la
primera vez que suspendí, mi padre se enfadó muchísimo; yo prometí a mi madre
que no volvería a pasar, y siempre me pedía que no hiciera nada para no
enfadarle¿! pero yo no hacia nada¡ Bueno suspender pero es que en casa él
siempre está gritando, y no había quien estudiase, y muchas veces le pedía ayuda
ya que no entendía algo y no me hacía caso¿
Cuando se le pasa
el enfado mi padre nos quiere mucho, nos pide perdón y nos dice que no volverá
a pasar, mi madre se lo cree pero al poco tiempo vuelve a pasar. Mi madre dice
que los hombres son así y es normal que se enfaden. Aunque mi tío Carlos no es
así, a veces me voy a pasar el fin de semana con mis tíos y con mi prima
Carmen, también tiene 11 años como yo, lo pasamos muy bien cuando estamos
juntas en su casa, su padre no se enfada tanto como el mío y mi tía Rosa es más
divertida que mamá, no parecen hermanas. Carmen no viene nunca a dormir a mi
casa. A papá no le gusta que venga gente a casa ni siquiera los de la familia,
si vienen luego está enfadado. Creo que a mamá tampoco le gusta porque nunca
invita a nadie. A veces me gustaría que vinieran mis amigas del cole para jugar
en el jardín pero me da miedo que papá se enfade con ellas y les grite como
hace conmigo. Es mejor que no vengan.
Mi padre no tiene
familia, bueno creo que si tiene pero por lo visto, según me dice, son muy
malos y por eso no están nunca juntos. Mi padre dice que la familia somos mamá,
él y yo, nadie más y que tenemos que estar siempre juntos.
Una vez mamá y yo
nos fuimos un tiempo a casa de los abuelos pero papá vino a buscarnos y
volvimos a casa, alguna vez le digo a mamá que no teníamos que haber vuelto que
allí estábamos mejor porque nadie nos gritaba y mamá estaba contenta, hablaba
más y hasta estaba más guapa.
Desde que volvimos
mamá está triste y también está enferma, tanto que muchos días no se puede
levantar de la cama, le duele mucho la cabeza y vomita muchas veces, el médico
le dice que no tiene nada, que serán nervios, papá la cuida mucho, siempre la
acompaña al médico y nunca la deja ir sola, bueno ni al médico ni a ningún
sitio. Yo pienso que también debo de tener nervios porque me cuesta mucho comer
y a veces también vomito, lo habré heredado de mi madre.
Me gusta jugar en
mi habitación, juego con mi imaginación a que soy mayor y tengo una familia. Mi
marido será un poco como mi padre, será muy listo y fuerte aunque no me gritará
ni me pegará. Yo seré como mi madre, me portaré siempre bien y lo cuidaré
mucho, aunque también saldré a trabajar, seré maestra y también saldré con mis
amigas, de compras, a tomar un café¿.Creo que tendré dos hijos para que puedan
jugar y así uno nunca estará solo, se portarán muy bien y no tendré que
pegarles.
Recuerdo una
ocasión, era de noche y me levanté al baño, ellos discutían en la habitación y
no se dieron cuenta, vi como mi padre tenia cogida a mi madre por el brazo y
luego la empujó¿ me asusté mucho y corrí hacia la habitación, me tapé con la
manta y¿ al día siguiente mi cama estaba mojada.
Me dio mucha
vergüenza¿ y cuando entré en la cocina mi madre, que aún estaba en pijama, apenas
me miró, se lo conté y solo me dijo que quitara las sábanas sin mirarme¿ estaba
llorando.
Al rato conseguí
ver la cara de mi madre, estaba triste y con los ojos hinchados, además tenía
una herida en el labio, le pregunté y me dijo que se había caído de la cama.
¡Era mentira y yo lo sabía! la abracé.
En una ocasión ya
había terminado de hacer los deberes y llegó mi padre muy enfadado y hablaba
raro¿mi madre intentó que no entrara en el comedor y mi padre la empujó¿ y yo
ya sabia que me tenía que ir a la habitación. Ese día corrí, cerré la puerta
puse música y comencé a saltar encima de la cama, estaba asustada¿
Al rato se dejaron
de escuchar gritos, y oí la puerta de la calle, entonces la puerta de la
habitación se abrió, sentí miedo, pero era mi madre. Me abrazó muy fuerte, y
preguntó si estaba bien, asentí con la cabeza, Entonces¿. no sé ni cómo me
salió la voz y le dije a mi madre que estaba llorando, ¡papá te ha pegado!
Las dos estábamos
temblando y no sé cómo recogimos cuatro cosas y llegamos a casa de mis abuelos,
nunca había visto a mi madre tan nerviosa. Recuerdo la cara de sorpresa de mis
abuelos y el abrazo de mi abuela. Esa noche dormimos las dos juntas mi abuela
y, yo, y no la solté en toda la noche.
Esa noche mi madre
me dio un beso muy fuerte y se marchó con mi tío y con mi abuelo.
A la mañana
siguiente era sábado y mis abuelos decidieron que nos íbamos a pasar el fin de
semana a una casita que tienen ellos en la montaña y que nos encanta ir.
Encima de la mesa
del comedor ví unos papeles de la policía, fui valiente y pregunté a mi abuelo,
¿mamá ha denunciado a mi padre?... mi abuelo con cara rara me miró y me dijo
mira Sara¿tu padre es¿un¿.y se calló. Entonces mi tío que también estaba allí
me explicó que pegar a las mujeres está mal, es un delito, y que cuando se
comete un delito uno va a la policía y se dice, ¿ que lo denuncia. Me dijo que
tenía que ser fuerte y ayudar a mi madre.
Estuvimos en la
casa de la montaña y luego vivimos un tiempo con mis abuelos, allí nosotras
estábamos bien, pero mi madre estuvo mucho tiempo llorando, y muy triste.
Ahora mi madre y yo
vivimos en una casa nueva, ya no estamos con mis abuelos. Esta casa es más
pequeña, pero me gusta. Ya no hay gritos. Hay tranquilidad. Además, mi madre
hasta sonríe y ya no llora¿.antes siempre lloraba aunque, se escondía en el
baño o decía que le había entrado algo en el ojo.
Desde hace unos
meses veo a mi padre algún sábado y solemos ir al cine. Me pregunta dónde
estamos pero solo le digo que vivimos por el centro y que estamos bien
Aquí us deixem un
vídeo que ens ha impactat moltissim ja que les imatges visualitzades parlen per
si soles.
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